El Mundial de Fórmula Uno es una carrera de fondo, de 19 batallas, que prima tanto el talento de los pilotos como el trabajo de las escuderías, que estudian el modo de introducir mejoras en sus monoplazas y la elección de una buena estrategia. Son factores determinantes que decantan la balanza de uno u otro lado cuando se quiere luchar por el título hasta la última curva. En este sentido, el Gran Premio de España debe estimular la reacción de Fernando Alonso y Ferrari.
La frustración de Baréin resultó mayúscula. El fallo en el DRS del F138 obedece, en parte, al infortunio, pero lo que no se puede tapar, una vez más, es la falta de reacción del equipo italiano cuando tiene que tomar una decisión bajo presión. Vettel y Red Bull no fallaron, lo que les permite llegar a Montmeló con 30 puntos de ventaja. Demasiada cosecha en cuatro pruebas. La temporada pasada, a estas alturas, el alemán sumaba 10 puntos más que el español, aunque las sensaciones, eso sí, eran radicalmente distintas.
No podemos obviar que la distancia de Ferrari con sus máximos rivales se ha recortado de manera considerable. Sin embargo, tampoco es aconsejable vivir del optimismo y fiarlo todo al talento del bicampeón español, que también se equivoca, como vimos en Sepang. Todavía se está en la lucha, faltaría más.
El problema es que Red Bull siempre tiene un as bajo la manga. Ocurrió en 2012, cuando Vettel recuperó una renta de 43 puntos y volvió a llevarse el título. Y no todo fue, precisamente, suerte. Tomaron muy buenas decisiones e introdujeron importantes mejoras. Este año, la mayor degradación de los neumáticos tampoco ha lastrado en demasía el rendimiento del equipo de la bebida energética, que ahora podría sacar más partido a la aerodinámica de su monoplaza con los nuevos compuestos duros que acaba de introducir Pirelli. Las presiones de Red Bull y Mercedes han dado resultado. Veremos si este cambio resulta o no tan significativo.
Este es el panorama que se divisa a pocas horas de la carrera de Barcelona. Ferrari debe mirarse más a sí misma y no tanto al resto. De poco vale que Webber y Vettel estén de uñas si Alonso acaba fuera de los puntos por un problema mecánico. No se puede deformar la realidad, aunque haya motivos suficientes para ser optimistas. Ésa es la mejor vía para volver a la senda del triunfo. Hay que trabajar codo con codo si se quiere ser competitivo. La temporada es muy larga, pero no admite errores de bulto.
Maranello apuesta por el talento de Fernando, pero sigue sin contar con un ingeniero de primer nivel en sus filas. Por eso no es de extrañar que ya se especule con la incorporación de James Allison, antiguo director técnico de Lotus. La sombra de Adrian Newey, el “cerebro” de Red Bull, es aún muy alargada y pesa demasiado.
Ferrari, en definitiva, confía ciegamente en su líder. Alonso es el piloto más completo, pero necesita que su equipo dé un paso adelante. ¿Llegará en Barcelona? El asturiano ya fue capaz de vencer en Montmeló. Lo logró con Renault en 2006, cuando conquistó su último Mundial. La reacción comienza en casa.
Fotos: http://www.elmundo.es y http://www.eurosport.yahoo.com
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