Archivos para febrero, 2013

Pocos podemos cuestionar que un factor como la confianza en sí mismo es clave para superar gran parte de los numerosos obstáculos que se presentan en el camino a lo largo de nuestra vida. Si uno no cree en sus virtudes o valores, ya sea en el terreno personal o en el deportivo, difícilmente alcanzara las metas que se ha propuesto por mucho que otros le alienten constantemente y le transmitan seguridad. Algo así le puede estar pasando a Carlos Suárez, que no acaba de encontrar su identidad como jugador en las filas del Real Madrid.

Con 2,03 y 108 kilos, el ‘Chimpa’ tiene, a priori, unas condiciones inmejorables para jugar tanto en el perímetro como en el poste bajo. Un alero alto, al estilo Álex Mumbrú o Carlos Jiménez, que con 26 años debería apuntar muy alto si tenemos en cuenta su versatilidad y polivalencia, como ya vimos en las filas del Estudiantes, club en el que firmó grandísimas actuaciones desde su debut en la temporada 2004-2005. Un año después era designado jugador revelación de la ACB. Su futuro era más que prometedor. No paraba de mejorar en muchas facetas, como el tiro exterior o el juego de espaldas, lo que le convertía en un auténtico filón de oro para el baloncesto español.

Tocó el cielo en 2010 tras ser elegido mejor alero de la competición nacional y formar parte de un quinteto de auténtico lujo, junto a Ricky Rubio, Navarro, Lorbek y Splitter. Se lo había ganado a pulso, con un duro trabajo que se tradujo en un promedio de 11 puntos y 17 de valoración en 28 minutos de juego. Sus porcentajes resumían su gran estado de forma: 41% en triples, 57% en lanzamientos de dos y 86% desde la línea de personal.

suarez

Números que avalaron su fichaje por el Real Madrid en el segundo y último año de Messina. Suárez aceptó con valentía el reto y respondió desde la primera jornada sin que le temblara la muñeca. MVP del mes de octubre, con cinco partidos sobresalientes, confirmaban su progresión: 14,4 puntos por encuentro, 5,8 rebotes y 22,4 de valoración. Los blancos habían acertado plenamente con su incorporación. No pesaban los 1,3 millones de euros desembolsados. El madrileño le ganó la partida a Velickovic, incapaz de jugar de alero, aunque su anotación bajó hasta los 9,5 puntos.

Sin embargo, el sueño del ‘Chimpa’ comenzó a torcerse tras la dimisión del técnico italiano. A la mala imagen mostrada por su equipo en la Final Four de Barcelona y en la Liga se sumó su doloroso descarte del Eurobasket 2011. La decisión de Scariolo le hizo tanto daño a nivel moral que lastró en demasía su rendimiento. Perdió frescura, intensidad y, sobre todo, confianza, un valor que hasta ahora le había acompañado.

En su primer año, Pablo Laso le pidió que recuperara su rol de jugador polivalente que deslumbró en Estudiantes, pero Suárez se vio superado también por la mayor competitividad de la plantilla; primero por la llegada de Rudy Fernández y más tarde por la incorporación de Kyle Singler. Su rol pasó a ser más secundario,  con un promedio de seis puntos y 19 minutos en pista. Para colmo, Scariolo volvió a dejarle fuera de la Selección y no pudo participar en las Olimpiadas de Londres.

suarez scariolo

Lejos de reaccionar, el dorsal número ocho del Real Madrid continúa alimentando su pesadilla deportiva. Pese a acumular más experiencia, sus porcentajes son peores que en su primer año en la ACB: 34% en lanzamientos de tres, 38% en tiros de dos y 60% en libres. Lo cierto es que Laso no sabe ya cómo hacerle reaccionar. No falta en la mayoría de los quintetos titulares de los merengues, pero siempre acaba olvidado en el banquillo.

Únicamente aporta cuatro puntos y una valoración de siete en los 17 minutos que juega. ¿Qué le pasa a Carlos Suárez? ¿Por qué no reacciona y alarga su regresión? ¿Volveremos a ver al jugador desequilibrante que ‘enamoró’ a Messina? No es fácil responder a estas interrogantes, pero lo cierto es que, más allá de los números, las sensaciones no son nada halagüeñas. Esa hipotética mejoría no dependería exclusivamente de su entorno, sino más bien de él, de una pronta reacción. La confianza se puede perder, a diferencia del talento.

Es cierto que resulta muy difícil competir por el puesto con jugadores como Rudy o Carroll, pero sí resulta más factible hacerlo con Pocius, quien a pesar de las lesiones que está padeciendo muestra más descaro y gallardía que el de Aranjuez. Tal vez nos encontramos ante un nuevo caso Velickovic, que pasó de la gloria al fracaso en un corto espacio de tiempo. Eso sí, Suárez tiene la última palabra para silenciar las críticas y volver a ser ese alero determinante y polivalente que no se arrugaba ante nada ni nadie. ¿Lo conseguirá?

Fotos: es.globedia.com y http://www.blogdebasket.com

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La línea que separa la ovación, el reconocimiento o el aplauso de la reprobación, el malestar o los silbidos suele ser muy estrecha, sumamente delgada, casi ínfima si hablamos de equipos grandes, acostumbrados a ganar históricamente, como el Real Madrid o el Barcelona por el portentoso talento de su plantilla y el enorme presupuesto que les sustenta en la cumbre. Estar a la altura de estos gigantes, seguir sus pasos y hacerles cara sin arrugarse es más bien improbable en una Liga en la que las diferencias son cada vez más grandes, incluso exageradas y demasiado llamativas. Por eso resulta tan aberrante que los blancos hayan perdido completamente el norte en la competición doméstica. Este cambio drástico con respecto a la última temporada, en la que batieron el récord de puntos (100) y goles (121), no se puede explicar fácilmente. Adjetivos como catástrofe o hecatombe no resultan exagerados teniendo en cuenta que el conjunto de Mourinho ha modificado sustancialmente su imagen hasta situarse a casi 20 puntos de los culés.

florentino mou
Falta de hambre, deficiente preparación física, inoperancia para crear juego sin salir al contraataque, malestar de la plantilla con el técnico … ¿Cómo puede explicarse este giro tan radical? Robert Louis Stevenson ya aludía, a finales del siglo XIX, al trastorno de la personalidad en su obra ‘El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hide’. Mou se ha convertido, como Hide, en ese misántropo con la Prensa, los jugadores y el propio club. Su aversión al trato humano, egoísmo, prepotencia, malos modos y orgullo infinito ha creado un clima perverso, propicio para que se desaten todo tipo de tormentas en el terreno deportivo. No reconocer buen parte de sus errores y criticar duramente a sus futbolistas no le deja, desde luego, en buen lugar y le vuelve a situar en el punto de mira, no sólo de sus detractores, sino de la propia afición y de su séquito más incondicional. Las provocaciones del luso, que sólo da la cara ante los medios para señalar con el dedo a sus jugadores, se han vuelto contra la propia entidad, que nunca se ha atrevido a condenar sus constantes fechorías. Resulta muy grave que ‘Special One’ se muestre incapaz de incentivar a sus pupilos pese a definirse como un entrenador ‘top’. Tal vez si hubiera sido más humilde y menos ególatra la situación sería bien distinta, pero conviene precisar que únicamente ha recogido los frutos que ha sembrado. Mou me recuerda mucho a ese capitán del Costa Concordia que, tristemente, no ve más allá de sí mismo y decide abandonar el barco en primer lugar cuando éste se está hundiendo.
Florentino Pérez le ha dado tanto poder que se le ha ido todo de las manos. Fabricó la bomba de relojería y le ha estallado en las narices. Mou ha demostrado que también puede ponerle el dedo en el ojo al presidente del Madrid, tirando por la borda buena parte de los valores que ha distinguido al club en sus más de 100 años de historia. El señorío, el comportamiento ejemplar, los valores de juego limpio, esfuerzo o respeto han quedado muchas veces en un segundo plano para dar paso a las protestas, reproches y malas caras cuando los resultados no acompañan. El máximo mandatario de la entidad ya aprovechó una asamblea para enarbolar la bandera de la lucha contra la injusticia, olvidando fácilmente que un equipo grande no puede achacar sus fracasos deportivos a las decisiones de un colegiado. Florentino, en definitiva, ha proyectado la imagen del madridista ideal en la de Mourinho, que a su juicio “es la persona que mejor defiende los valores del madridismo”. Sumisión total, vamos.

cristiano
Pero la embarcación blanca se hunde también por otros frentes. ¿Qué pintan aquí los futbolistas? Mucho, desde luego. Al fin y al cabo, ellos son los que saltan al césped y tienen la última palabra. En este sentido, es preciso reseñar que prácticamente todos los jugadores, a excepción de Cristiano Ronaldo y Varane, están ofreciendo un rendimiento bastante inferior al del año pasado. Llamativo resulta, por ejemplo, la falta de preparación de un irreconocible Marcelo, al que aún le sobran varios kilos tras haberse recuperado de su lesión en el pie. Sintomática es la baja forma de Di María o la alarmante sequía goleadora de Benzema e Higuaín. Xabi Alonso, con problemas físicos, bastante hace con mantener el equipo en el centro del campo ante la inoperancia de Essien o Modric, que aún debe demostrar su calidad. A Özil, pese a su incuestionable calidad, le falta más regularidad en las citas grandes. Otros, como Coentrao y Kaká, no aportan absolutamente nada, sí en el apartado económico, pues han supuesto un coste de 95 millones de euros.
El único que ha dado la talla con creces es Cristiano Ronaldo. CR7 ha dejado atrás esa tristeza que nadie entendía y se ha puesto, decididamente, a trabajar. Es el ejemplo a seguir, el espejo en el que mirarse. Pero está muy solo, demasiado. Necesita a sus compañeros para darle la vuelta a una decepcionante campaña en la que la Copa y la Champions también se han puesto muy cuesta arriba. En ocho días, del 26 de febrero al 5 de marzo, el Madrid se juega toda la temporada y puede quedar apeado de todas las competiciones. No es ninguna pesadilla, amenaza con ser una dura realidad. En los últimos días, a Florentino se le viene mucho a la cabeza la canción con la que Presuntos Implicados se dio a conocer a principios de los noventa. Tiene razón Sole Giménez, cómo hemos cambiado.

¿Qué habré hecho yo para merecer esto? Algo así debió preguntarse Pablo Laso cuando el Barcelona volvía a eliminar al Real Madrid en la Copa del Rey tras dos cruentas prórrogas. Los azulgranas, tomen nota, ya han sido capaces de noquear en seis ocasiones a su eterno rival en los cuartos de final del torneo del k.o. Decir adiós a las primeras de cambio resulta sumamente doloroso, aún más si se es el vigente campeón y se parte con la vitola de favorito, condición que parece lastrar históricamente a cualquier equipo en esta competición. Y todavía se torna más cruel si el desenlace de la batalla, incierta hasta el último segundo, es idéntico al acaecido en León allá por el año 1997, cuando Laso todavía era jugador y conectaba a las mil maravillas con Arlauckas.

laso

En aquella ocasión el ahora técnico blanco se vio impotente ante un genio llamado Djordjevic. 16 años después, Ante Tomic, otro alumno de la extinta Yugoslavia, emergió para hacer añicos los sueños de sus ex compañeros. Al pívot croata, repudiado el pasado verano por la directiva merengue, se le había tildado de indolente, blando, poco intimidador, mal defensor. Lo cierto es que nunca se puso en entredicho su enorme talento, pero sí su carácter competitivo, principalmente en las grandes citas, por lo que se optó por su salida a coste cero. Sin embargo, Tomic, con el orgullo herido, calló muchas bocas y se hizo grande en la zona con un brillante doble-doble, 20 puntos y 11 rebotes, a los que añadió cuatro tapones para una valoración total de 33. El gigante de Dubrovnik se tomó su particular revancha y sacó a relucir los defectos, hasta ahora encubiertos, que tiene el Madrid en la posición de cinco. Decisivo e imperial bajo tableros, sonrojó a Begic y Hettsheimer, que no ha demostrado mejorar en nada al croata. El primero no anotó en todo el partido (0/2 en tiros de dos y 0/2 en libres en 20 minutos de juego), mientras que el brasileño apenas intervino (nueve minutos) y, para colmo, no fue capaz de cerrar el rebote que permitió a Tomic asistir a Lorbek y forzar la primera prórroga cuando el partido parecía sentenciado.

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Del juego interior blanco sólo se salvo Mirotic, pero su actuación vino condicionada por las faltas personales. Esta apatía de los interiores motivó excesivos lanzamientos de tres. Jugar a la ruleta rusa cuando tienes enfrente a un grande no es la mejor opción. Llull, por ejemplo, se aceleró en exceso, no hizo caso a su entrenador tras un tiempo muerto y se jugó 17 triples, muchos de ellos sin venir a cuento, en vez de asistir a compañeros con mejor muñeca como Sergio Rodríguez o Carroll, tal vez el hombre que mejor arma el brazo en Europa junto a Navarro. El baloncesto, al menos así lo entiendo, se basa en equilibrar juego interior y exterior. Ahí perdió claramente el Madrid, a pesar del penoso 18 por ciento en tiro exterior de un Barça que, eso sí, apabulló en valoración (135 frente a 97).

Datos, síntomas, sensaciones que invitan a la reflexión e invitan a la autocrítica. Alberto Herreros y Juan Carlos Sánchez, máximos responsables de la sección de baloncesto, han construido los cimientos de un equipo campeón, con una gran tripleta de bases y un tiro exterior demoledor. Pero falta al menos una pieza clave que posibilite dar ese salto de calidad y dominar en Europa, como ya ha hecho el Barcelona en los últimos años. Y esa figura que tanto se añora es la de un pívot dominante, un center que sobre todo anote, juegue bien el uno contra uno y resulte intimidador. Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que ese cinco puro es una especie en extinción en el baloncesto moderno. En Europa quedan muy poquitos tras la marcha de Pekovic a Minnesota. Uno de ellos es Schortsanitis, imparable en el uno contra uno, pero cuyo excesivo peso resulta un lastre para alcanzar una continuidad idónea en el juego del Panathinaikos. El formidable Krstic, tras cumplir con nota en la NBA, es determinante en el CSKA, y no dejará Moscú al firmar un contrato millonario, como Kaun y Erceg. Otro caso parecido es el de Erden, en las filas de un nuevo rico, el Efes turco. Excelentes jugadores, en definitiva, pero con un caché demasiado alto. Más factibles resultarían Gustavo Ayón, en Orlando, u otro ex del Madrid como Macej Lampe, aunque Querejeta tiene bien aprendida la lección y no le dejará salir fácilmente del Caja Laboral.

krstic

Desde la marcha del mítico Sabonis, la indolencia del center sigue presente en la Casa Blanca. Todo un quebradero de cabeza que, lejos de resolverse, amenaza con convertirse en tormenta, tal vez en tempestad si no llegan los títulos a final de temporada. Laso, mientras tanto, tiene el desafío de despertar al adormilado Begic y dar más confianza a Hettsheimer para formar un verdadero equipo que mire sin recelo el poderío interior de ogros como Barça o CSKA. Es el momento de aprender de los errores y paliar las carencias, de buscar ese anhelado equilibrio en el juego. La ACB y la Euroliga dictarán sentencia. De momento, Laso, Herreros y Juan Carlos Sánchez han quedado retratados. Toca reaccionar, tanto en la pista como en los despachos.

     Abran bien los ojos, pónganse cómodos y disfruten, como si fueran niños, de cuatro días de auténtico infarto que dejarán huella en su memoria. Llega, por fin, el torneo más emocionante de la ACB: la Copa del Rey, cargada como siempre de multitud de alicientes gracias, en gran parte, a un atractivo formato que posibilita, por ejemplo, que David puede derrotar en la pista a Goliat, e incluso que el factor de jugar como local se convierta más en un handicap que en una ventaja competitiva aunque parezca sumamente paradójico.

     El menú baloncestístico es de primera categoría, con sabores, aromas y platos preparados expresamente para el mejor comensal. Éste viene compuesto por siete partidos de altísimo nivel que concentrarán la atención de aficionados y público en general por todo lo que se mueve a su alrededor. Vitoria-Gasteiz, la capital alavesa, vuelve a vestirse de gala para la ocasión, como ya hiciera por última vez hace cinco años. La ciudad vasca puede lucir orgullosa la camiseta de un equipo que se ha ganado a pulso el reconocimiento generalizado de los amantes de este deporte a base de pundonor, sacrificio y un arduo trabajo en los despachos, lo que ha permitido que el Caja Laboral aglutine seis trofeos de Copa en los últimos 18 años. Un paso de gigante en el terreno deportivo, pero también en el humano, con Josean Querejeta a la cabeza de este prodigioso proyecto, capaz de sostenerse en el tiempo, todo un hito si tenemos en cuenta la coyuntura económica actual.

     En un evento de esta magnitud, el colorido vendrá de la mano de los 15.000 incondicionales que se darán cita desde el jueves en el Fernando Buesa Arena. Aficionados del Real Madrid, Caja Laboral, Valencia Basket, Herbalife Gran Canaria, Barcelona Regal, CAI Zaragoza, Uxue Bilbao y Asefa Estudiantes. Todos ellos anhelan llegar a la final del domingo y levantar el trofeo que acredita haber superado con nota tres colosales pruebas de fuego. El reto pasa, incluso, por sobrevivir a lo imposible, como ya consiguió, contra pronóstico, el Real Madrid tras tumbar al Barcelona ante todo un Palau en 2012. Dos colosos que en esta edición volverán a verse las caras, pero esta vez en cuartos de final, en el primer partido que abre fuego en la Copa. Uno de los dos grandes dirá adiós a las primeras de cambio. Dicho lo cual conviene aclarar, sobre todo para prevenir de posibles sobresaltos, que en el torneo del k.o. vale de muy poco la condición de favorito, los precedentes o el estado de forma actual de ambos conjuntos. Resulta más determinante hablar del papel que pueden desempeñar dos superclases como Navarro y Rudy, a pesar de sus molestias físicas, o de la sabiduría y experiencia que caracteriza a los técnicos Xavi Pascual y Pablo Laso, quien vuelve a su tierra y, recordemos, ya fue capaz de reconducir al camino del éxito a los blancos después de 19 años de sequía.

real madrid-barca

     Pero no crean que el Clásico será el único plato fuerte. No habrá entrantes. Por esta parte del cuadro también veremos un Caja Laboral-CAI Zaragoza que echará chispas. Los de Vitoria, que suman 12 años sin caer eliminados en cuartos, no pueden relajarse ante un cuadro maño que quiere debutar en esta competición dando la campanada. Talento, desde luego, no les falta, con jugadores tan valiosos como su capitán Pablo Aguilar o el alero norteamericano Michael Roll, en estado de gracia.

     Y en la otra parte del cuadro, a priori la más igualada en cuanto a fuerzas se refiere, tendremos la oportunidad de paladear todo un Valencia-Estudiantes, con dos nombres propios a seguir muy de cerca: el ala-pívot montenegrino Dubljevic, mucho ojo con este killer, y el alero canadiense English, máximo artillero de la ACB. Para completar este cóctel explosivo de baloncesto tendremos el privilegio de contemplar los pasos del sorprendente y sólido Herbalife Gran Canaria, el equipo revelación que tan bien dirige el maestro Pedro Martínez, frente al durísimo Uxue Bilbao, que bajo la batuta de Raúl López y el francotirador Vasileiadis es capaz de amargarle la vida a cualquier rival que se ponga por delante en su camino.

     Menú gourmet en Vitoria, tierra de excelsa gastronomía. Siéntense a la mesa, degusten cada segundo de juego y prepárense para vivir cuatro días de lujo a coste cero. BALONCESTO en letras mayúsculas, escrito con letras de oro. ¡Viva la Copa! Bon appétit.

copa vitoria